Voy a usar este vídeo que no puede ser más actual.
"Elegimos bien las causas pero no los referentes". Y añade: "hay muchos influencers y poco referentes". Así lo dice Bob Pop. Y aquí engloba a los influencers, tuiteros, coach...
Pues qué os voy a decir. Creo que tiene razón. Somos libres de opinar lo que queramos, para eso existe la libertad de expresión. Pero, ¿todo lo que se publica puede ser tomado como cierto?¿Qué diferencia hay?
El espíritu crítico es muy personal y varía según la persona. Nos juntamos a personas que piensan como nosotros y nos hacemos amigos. Buscamos en Internet personas que nos gustan y las seguimos. Vemos determinados programas con un contenido porque nos atrae y lo vemos. Perfecto. Pero en la adolescencia, todas estas líneas son difusas. Cuando somos jóvenes a veces no tenemos claro qué seguir, a quién creer o que nos gusta de verdad. Por eso es una época de exploración en la que vamos forjando lo que determina nuestra personalidad.
Un orientador, un asesor o nuestro tutor pueden ayudarnos en determinados aspectos. Son profesionales que aconsejan a partir de las vivencias de esa persona. Incluso los padres nos pueden aconsejar, de hecho, es lo que deben hacer. Estas figuras de autoridad nos ayudan a centrarnos y nos guían en el camino.
El problema es que en esas edades, ¿elegimos bien al instagramer, al tuitero y al influencer? Muchos de ellos no aportan nada interesante o reflexivo y en muchas ocasiones proyectan una imagen que no es real pero que nuestros jóvenes creen como ciertas.
Entonces debemos educar en valores para que sean capaces de determinar qué es bueno, qué les aporta algo y ser críticos para elegir a nuestros referentes.
Coincido contigo compañera. El problema no es la existencia de tanto influencer de dudosa reputación y veracidad, sino la falta de valores y pensamiento crítico en la juventud. Será nuestro trabajo ponerle a esto solución.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo
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